Cuando Hedy Lamarr, actriz icónica de la era dorada de Hollywood, coinventó junto a George Antheil la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de largas distancias (WI-FI), seguramente no imaginó las distancias que recorrería su creación y la forma en la que se convertiría casi en algo tan esencial para la humanidad como el agua, el sueño, la educación o el amor.
Su idea dio vueltas al mundo y hoy es una herramienta utilizada por casi todas las personas que tienen acceso a una computadora. En una vorágine de crecimiento imparable, las comunicaciones inalámbricas fueron mutando y evolucionando en función de las necesidades de sus usuarios.
En una era donde varias de las 20 personas más ricas del mundo están vinculadas a la tecnología, la digitalización o el software, Elon Musk surge como uno de los exponentes más llamativos del grupo. Considerado el billonario más acaudalado del planeta, según Bloomberg y Forbes, el CEO y cofundador de Tesla lanzó su flamante emprendimiento con una propuesta por demás innovadora y desafiante: un servicio de banda ancha que tiene como objetivo llegar a cualquier parte del mundo y que cuenta con una constelación de 1700 satélites de órbita baja con transceptores terrestres y conectividad láser.
¿Cómo funciona?
Starlink, tal el nombre de esta nueva creación, está compuesta por una constelación de 1700 satélites de órbita baja que permite que funcione el servicio de internet. Estos satélites funcionan en combinación con los transceptores terrestres y están situados más cerca de la tierra, lo que ayuda a reducir la latencia y, por otro lado, se apoyan en una tecnología de conectividad láser para ofrecer mayores velocidades.
Si bien la empresa de Musk había prometido inicialmente una velocidad de descarga de entre 50 y 150 Mbps, en algunos lugares está superando las expectativas de los usuarios con velocidades de descarga de más de 160. Según Ookla, proveedor de pruebas de velocidad, esto supone un 95 % más que otros proveedores de Internet solo en los Estados Unidos. En tanto, en Canadá se reportaron velocidades de 300 Mbps y, en algunos casos, de hasta 400.
A nivel local, la velocidad promedio de la conexión del 51% de los argentinos es de 20 Mbps y el promedio de velocidad a escala nacional ronda los 40 Mbps, de acuerdo a datos aportados por la Cámara Argentina de Internet.
Starlink nació como un proyecto de SpaceX (empresa de Musk) que se propone brindar un servicio de internet de banda ancha con cobertura mundial a bajo costo para que sea accesible desde cualquier lugar del planeta.
El capítulo argentino
Starlink tiene todo listo para comenzar a funcionar en la Argentina y será competidor de las empresas que funcionan actualmente en el país. Según la página web, el precio será de USD 99. Además, se deberán pagar USD 499 por el kit de instalación, que incluye un trípode, un enrutador Wi-Fi y una terminal para conectarse a los satélites.
La compañía de Musk indicó que, aunque tiene una fecha de lanzamiento prevista para diciembre, su disponibilidad está sujeta a la aprobación reglamentaria y que los pedidos que se realicen se completarán por orden de llegada en cada área de cobertura.
