No es el mejor momento para decirlo… pero no soy muy futbolero. Sin embargo, este mundial disfruté como nunca viendo a la selección Argentina. Me pasó de encontrarme interpretando el partido, discutiendo y charlando de futbol con amigos. También es la primera vez que le dediqué tiempo y atención a las entrevistas a los miembros del plantel y al técnico.

Eso me puso a pensar un poco: ¿Qué tuvo de distinto este mundial? Además de que Argentina haya salido campeón.
Hice una lista y encontré que había unas cuantas cosas diferentes a mundiales y equipos anteriores. Sobre todo, lo referente a lo que tiene que ver con gestión y manejo de equipos, y creo que vale la pena comentarlas por aquí:
Entender la tecnología
Este es un mundial donde la tecnología se aplicó con todo. Hay detección semiautomática de off-side y el var es una herramienta que, nos guste o no, llegó para quedarse. Eso plantea un desafío para los equipos, en el que los que aprovechen la tecnología tendrán ventaja sobre los que no. Es muy interesante la nota de Fredi Vivas -analista de datos- de hace un tiempo acerca de esto.
Estándar de fútbol mundial
Por lo global del fútbol y la cantidad de copas disputándose durante el año, todos los seleccionados tienen jugadores que forman parte de las mejores ligas del mundo. El fútbol latinoamericano también se profesionalizó muchísimo. Eso hace que el nivel de fútbol de todas las selecciones sea más homogéneo.
Este es el primer mundial donde cualquiera puede sorprender. Alemania -que siempre fue favorito- ni siquiera llegó a octavos y los marroquíes, por primera vez en su historia, llegaron a estar entre los cuatro mejores equipos del mundo.
Planteo a medida
Cada partido es un planteo distinto. Los jugadores funcionan como herramientas al servicio de los líderes para armar un esquema. No hay fijos, ni favoritos. Se elabora una estrategia para ganar. Los que aplican juegan, y los que quedan en el banco acompañan. Esto suena super razonable, pero no era común en seleccionados argentinos anteriores donde siempre parecía haber un core de jugadores que eran intocables pase lo que pase.
Cultura y equipo
Es la primera vez que veo a la selección funcionar como un equipo. Unido ante la adversidad, disfrutando del juego y dándolo todo. Inclusive en los festejos y adversidades se los nota felices de pertenecer. Es la primera vez que no parece haber internas ni roces entre los jugadores. Se los ve unidos hasta cuando opinan en sus cuentas de twitter.
Ya es historia el partido que vivimos con Países Bajos y la final con Francia, ambos llenos de adversidades. Es importante para los equipos no bloquearse en el problema y continuar dándolo todo para salir victoriosos.
El Líder al servicio del equipo
En seleccionados argentinos anteriores había una concepción jerarquica del líder que lo posicionaba por encima de los demás. En este caso, yo siento que el liderazgo visible viene dado por la dupla Scaloni-Messi. Siempre que los escuché hablar, y en sus actitudes y festejos, se nota que ambos se sienten partes y pares en el equipo. Se ponen al servicio para que el rendimiento del equipo sea superior y, sobre todo, para que no se filtren situaciones o versiones que perjudiquen la cultura interna y el bienestar del grupo.
Cultura del error
Esto no solo tiene que ver con los jugadores, sino también con los hinchas y espectadores, y voy a explicarlo con un ejemplo: En alguna de las tantas situaciones de gol de Argentina-Polonia me salió decirle al delantero: “Muerrrrrrto“. Mientras escuchaba lo que yo mismo estaba diciendo, ya me estaba arrepintiendo de haberlo dicho. Creo que llevamos mucho tiempo concentrándonos en hacer leña del arbol caído cuando alguien comete errores. No digo que no aprendamos, solo que los errores sucederán y son parte de la vida. A veces nos permiten descubrir cosas nuevas y beneficiosas y siempre es mejor recuperarse lo antes posible que perder tiempo en una cacería de brujas. Este es uno de los temas en los que estamos trabajando mucho en Pigmalion Software.
La queja por el azar
Uno planifica, elabora un planteo y, por azar o imprevistos, las cosas pueden salir de otra manera. Eso nos obligará a corregir o puede hacer que perdamos el partido. Y eso es así, siempre será así… Y gracias a Dios que así sea.
Como argentinos siento que sufrimos mucho por las cosas que no salen como esperamos, como si fuéramos los responsables de todo. Cuando se trata de un juego, esto es lo más lindo que nos puede pasar. Sorprendernos ante la realidad es lo que hace que un juego sea divertido. Los partidos están para jugarlos, no para ganarlos. En un juego se gana o se pierde (y a veces se empata). Lo mismo pasa en la vida. Lo importante es seguir jugando.
