Quiero empezar con una historia personal: Cuando decretaron el aislamiento en marzo de 2020, antes de irme de la oficina, puse un recordatorio en mi calendario para 3 meses en el futuro, justo el día de mi cumpleaños número 38.
En el casillero del 14 de junio de 2020 había una nota que decía:


Ese domingo 14 de junio de 2020, cuando leí la nota, me sonreí pero no me pareció gracioso. Era un mensaje de alguien que ya no era yo. Hacía meses que no salíamos y, al igual que muchos, festejé mi cumpleaños encerrado y con toque de queda.
A pesar de todo esto, Pigmalion Software continuó funcionando casi como si nada hubiese pasado. Las herramientas que usábamos hace rato que nos permitían coordinarnos a la distancia y nuestros clientes también trabajaban de ese modo. Con algunas adaptaciones a los procesos de reclutamiento y onboarding, continuamos reclutando equipos e ingresando gente durante la pandemia. Fue un momento extraño pero Pigmalion funcionaba perfectamente.
Cuando empezamos a salir del lockout, escuché de todo: Que nadie iba a volver a las oficinas, que ya no era necesario, que la virtualidad llegó para quedarse, etc. Algunas empresas migraron a modalidad coworking y otras simplemente pasaron a modo 100% virtual. Nosotros decidimos esperar un poco antes de tomar la decisión.
Hoy, un par de años después, acabamos de invertir en nuestras oficinas para convertirlas en un lugar fantástico donde trabajar. La primera fase de la obra está terminando y pronto vamos a inaugurarlas. Estamos super contentos y orgullosos.
Quería aprovechar para compartir algunas conclusiones de este proceso.
La virtualidad como versión limitada de la presencialidad
Si bien coincido con que la virtualidad llegó para quedarse, hacía tiempo que existía en nuestra profesión. En Pigmalion Software teníamos una política de home office de hasta 3 días a la semana que funcionaba muy bien. La pandemia nos dio la posibilidad de probar ese paradigma, a la fuerza, de un modo sostenible y en un caso de contingencia único que nos impedía recurrir a la opción presencial.
Hay disciplinas que lo aprovecharon muchísimo, como la psicología. Pero los mismos psicólogos coinciden en que la terapia presencial es mucho más efectiva y de más calidad que la virtual. Lo mismo pasa con la comunicación y las interacciones en general. Entonces, si reunirse presencialmente nos asegura mejores resultados: ¿Por qué preferimos la virtualidad?
Primero, porque la virtualidad es más cómoda y sin el costo de trasladarnos hacia la reunión presencial. Segundo, porque durante tanto tiempo nos acostumbramos y cambiar siempre cuesta. Tercero, muchos dicen que trabajando desde la casa uno tiene menos distracciones, aunque eso puede ser discutible. Más allá de elegir una de las dos, creemos que ambos enfoques tienen puntos a favor y en contra. Eso nos lleva a la primera de nuestras conclusiones.
Modo híbrido
Si bien hay tendencias que pueden hacer desaparecer completamente un oficio o práctica, esto siempre se va dando poco a poco y mediante períodos de transición. Nosotros elegimos ver la situación actual como una oportunidad de potenciar las ventajas de la virtualidad y la presencialidad adoptando una modalidad híbrida.
De este modo, todas las interacciones de trabajo deben ser pensadas para ser tomadas en modalidad híbrida. Las reuniones deben soportar la posibilidad de que se sumen personas que no están físicamente en el lugar dándoles la oportunidad de interactuar con los presentes. Esto ya existía desde antes en nuestras oficinas, pero hemos hecho foco en favorecer la interacción entre las personas independientemente de su modalidad.
Los espacios deben favorecer la interacción
Es importante que la oficina se viva como un contrapunto positivo al trabajo virtual. De este modo la interacción, la posibilidad de trabajar en equipo, de coordinarse, de expresar ideas y conversar debe ser favorecida en el espacio de trabajo. En nuestro caso, los jueves son días en los que coincidimos en la oficina. Históricamente, también los jueves teníamos nuestra weekly de status semanal full company.
Luego de varias semanas, notamos que las interacciones que surgían en la oficina los jueves favorecen tanto a los proyectos que decidimos mover nuestra weekly a los viernes. De este modo, los jueves aprovechamos la presencialidad para trabajar en equipo en los proyectos y los viernes rendimos nuestro status semanal. Esto último puede hacerse de manera virtual sin problemas.
Los espacios rendirán mucho más
Desde Pigmalion vemos muy poco probable una vuelta a una presencialidad 100%. Al menos no en el corto plazo. Esto nos permite, mediante coordinación, hacer que los espacios físicos rindan mucho más. La relación modalidad física vs híbrida puede ser de hasta 1 a 3. De este modo una oficina con capacidad para 500 empleados podría rendir para un staff de 1500 personas mediante la coordinación de jornadas.
En nuestro caso, antes de la pandemia estábamos en el proceso de buscar nuevas oficinas por nuestro crecimiento. Ver las cosas de este modo nos permitió conservar la oficina actual con la perspectiva de un mejor rendimiento.
La oficina debe ser un espacio seguro y confortable para trabajar
Dado que la presencialidad implica un costo de traslado, debemos estar seguros de que la oficina es un lugar donde se pueden aprovechar al máximo las ventajas de la presencialidad. Una silla incomoda, un espacio ruidoso o una conexión lenta antes podían tolerarse pero ahora serán puntos que pueden jugar en contra al momento de trasladarse a la oficina.
Conforme comencemos a trabajar algunas jornadas desde la oficina, se harán mucho más claras las ventajas de la presencialidad. Pero inicialmente es importante que el espacio de trabajo acompañe para que esto pueda darse. De acuerdo con esto, decidimos renovar el mobiliario, las comodidades, espacio de guardado, conectividad y espacio para reuniones.
Nuevas oportunidades para el reclutamiento
En una modalidad 100% presencial, si el colaborador vivía en otra provincia, la contratación sólo era posible con una reubicación de la persona cerca de las oficinas o con el establecimiento de oficinas cerca del colaborador.
La nueva modalidad nos permite, con ciertas modificaciones a nuestros procesos, acceder al talento que se encuentra en otras geografías.
Perfiles full-virtual
En algunos casos, el costo del traslado puede ser muy alto, al punto que las ventajas de la presencialidad no lo justifiquen. Hay personas que tienen mucho viaje a la oficina, o simplemente viven lejos o a trasmano. En esos casos la virtualidad será la mejor opción. Para la integración de estos perfiles, siempre es bueno combinar reuniones quincenales, mensuales o trimestrales para realizar trabajo o actividades en equipo.
En nuestro caso tenemos reuniones trimestrales en las que charlamos de resultados, planificación y estrategia de Pigmalion. También aprovechamos para almorzar juntos y hacer actividades de fortalecimiento de equipos.
[…] La pandemia ha cambiado fundamentalmente la forma en que interactuamos entre nosotros y con el mundo que nos rodea. El distanciamiento social y los cierres obligatorios han llevado a un aumento en la comunicación virtual y el trabajo remoto, que se ha mantenido hasta hoy. Las empresas han tenido que adaptarse a estas nuevas formas y desarrollar nuevas tecnologías y estrategias para garantizar la productividad y el bienestar de sus empleados, mientras se vira hacia una nueva presencialidad en el trabajo. […]