¿Puede haber economía especulativa sin economía de producción? En Pigmalion Software pensamos el software como apoyo al negocio y a las industrias. Eso significa que vemos al software como un medio y no como un fín. ¿Qué significa esto? Que para nosotros es importante entender el negocio de nuestros clientes para poder ayudarlos. Nunca planteamos soluciones en base a tendencias o en base a disponibilidad de recursos en el mercado. Cada cliente es único, al igual que cada nación en el mundo. No creemos en el enfoque one-size-fits-all. Si es un enlatado, entonces el problema que está solucionando es viejo. Y, para nosotros, el verdadero valor está en solucionar problemas nuevos.
Eso no significa que no puedan utilizarse soluciones o enfoques existentes para resolver algunos temas. Pero seguramente esos no serán los temas más relevantes para ese negocio.
Pensar las soluciones de software y la tecnología de esta manera nos compromete con un entendimiento de lo que pasa en el mundo y en las industrias principales en las que se presentarán los principales desafíos en los que la tecnología podrá ayudar.
Respecto de esto, me gustaría comenzar haciendo una distinción entre dos maneras de interpretar el valor en una economía.

Por un lado tenemos la economía de producción, ligada a las industrias que producen bienes tangibles. Un ejemplo de esta economía puede ser la de los alimentos, el agro, la farmacéutica y el petróleo entre otros. Estas economías tienen una barrera de entrada alta respecto de su inversión en activos fijos (maquinarias, instalaciones, fábricas, etc), procesos y propiedad intelectual. El impacto de una acción en esta economía sucede en el mundo real, significa una modificación de lo tangible, por ejemplo: una cosecha almacenada en un silo o un producto físico terminado y listo para vender trasladado por vía marítima de un país a otro.
El rozamiento de una transacción es alto, dado que son bienes físicos que deben trasladarse, almacenarse o transformarse. Por todo esto, en sus procesos de producción y logística, se encuentran involucrados en gran medida la mano de obra y la utilización de energía de cualquier tipo.
Por otro lado tenemos la economía especulativa, ligada al mercado financiero y a la banca. Esta economía pone su foco en el dinero y otros instrumentos financieros y en su capacidad de generar ganancias. En estas economías es crucial la tasa de interés, el mercado de capitales, la información y la velocidad o latencia. Esta economía sucede en su mayoría en el mundo virtual, tiene un alto grado de informatización y casi no efectúa cambios en el mundo real.
El impacto de una acción en esta economía (hacer una transferencia, invertir en la bolsa o comprar criptomonedas) se reduce a una modificación de bits en una o más bases de datos. El rozamiento requerido para ejecutar una transacción es casi nulo por lo tanto los costos de transacción son bajísimos (tendientes a 0) y la velocidad de las transacciones en esta economía es altísima (del orden de los milisegundos o menos, sin tener en cuenta a la computación cuántica que maneja tiempos mucho menores).
La relación entre ambas economías
Al plantearlas de este modo, pueden parecer dos economías que fluyen por carriles separados… pero esto no es así.
El comercio existe desde finales del período Neolítico (aproximadamente 4.000 a.C) y el dinero no se inventó hasta el 700 a.C.
Dicho de otra manera, los negocios existen desde mucho antes de que existiera el dinero.
Desde principios de los años 90s, con la caída del muro de Berlín y el establecimiento de Estados Unidos como la única potencia mundial -económica y bélica- dominante, la fiebre de Wall Street y la globalización, pusieron el foco de la economía en el dinero y su rendimiento mediante la inversión en los mercados de capitales (especulación).
Pero ¿qué es lo que respalda al dinero? Al principio se hablaba del patrón oro, pero hace tiempo que esto dejó de ser así.
La razón por la cual aceptamos el dólar norteaméricano como moneda mundial, es porque detrás está la economía más poderosa del mundo con su complejo armamentístico respaldando.
Por lo tanto, la economía especulativa se monta sobre la economía productiva. Es decir, no puede haber economía de especulación sin economía de producción dado que la primera especula u obtiene valor por el desempeño de la segunda. Por otro lado, la segunda genera los excedentes que la primera buscará hacer rendir al máximo.
Hace 25 o 30 años que el foco está puesto en las economías de especulación y esto no puede sostenerse por siempre. Si las empresas están más preocupadas por invertir que por producir, a la larga no habrá excedentes para invertir y será necesario volver a poner el foco en la producción. El foco será como un péndulo que se traslada de una economía a otra.
Además, en los últimos tiempos hubo un par de sucesos que aceleraron este cambio de foco desde la especulación a la producción.
La pandemia de Covid-19
A principios de 2020 el mundo atravesó una pandemia. La población en gran medida se vio obligada al confinamiento, lo que impactó en la capacidad productiva del mundo. Por tal motivo, los gobiernos amortiguaron la situación con emisión monetaria. El resultado inicial fue un flujo de dinero mayor, con niveles de productividad mucho más bajos. Eso generó la inflación mundial que estamos atravesando. Por otro lado, las economías que prolongaron ese confinamiento y continuaron emitiendo moneda, sufrieron desabastecimiento ocasionado por la disminución de la fuerza productiva.
¿De qué sirve el dinero si cuando voy al supermercado no encuentro lo que necesito? ¿La pobreza es la falta de dinero o la ausencia de bienes y servicios?
La guerra entre Rusia y Ucrania
En febrero de 2022 estalló la guerra entre Rusia y Ucrania. Más allá de las causas, me gustaría concentrarme en aspectos fundamentales que tienen sentido para este artículo:
Con mis compañeros de Ingeniería en Sistemas de la facultad, debatimos en su momento sobre cómo la tecnología iba a cambiar -entre otras cosas- a la guerra. Imaginábamos guerras peleadas por drones o robots comandados a distancia, y sin bajas humanas. Esta guerra nos mostró lo equivocados que estábamos. Las disputas siguen siendo en esencia por territorio, se pelean con hombres en el “campo de batalla” y gana el que “conquista”. Si bien la tecnología es un apoyo (condición necesaria pero no suficiente), las guerras se siguen librando como en la primera guerra mundial. Una vez más, la tecnología resulta ser un medio y no un fin.
Ucrania posee las tierras más productivas del mundo (junto con Estados Unidos y la Pampa Húmeda Argentina) y Rusia es proveedor de petróleo de la Unión Europea y China. Por lo tanto esta guerra impacta en el costo y el abastecimiento de alimentos del mundo y en la provisión de energía de dos productores importantes como son China y la Unión Europea.
Cuando la energía es cara, los países que no pueden producirla perderán competitividad.
Adicionalmente, a finales de 2022 la población mundial superó los 8 mil millones de personas.
El desafío del mundo para los próximos años
Los hechos anteriormente mencionados, pusieron al mundo en una situación en la que será necesario aumentar la productividad del mundo. Otro aspecto relevante será la preponderancia de las soluciones locales versus las globales. Como cada país es único y tiene sus especificidades, esta búsqueda priorizará las soluciones locales por sobre las globales o de tipo one-size-fits-all.
El desafío estará en ser eficientes, en hacer mucho más con menos, para generar los bienes y servicios necesarios para abastecer a una población creciente. En este proceso es donde vemos un rol claro por parte de la tecnología.
La visión de Pigmalion Software
En Argentina, desde la segunda mitad del último gobierno de Cristina Kirchner (2014) hasta estos días, hubo una migración del foco de la política económica desde la producción hacia el vector especulativo.
En 2015, nuestra estrategia fue la de acompañar ese crecimiento de los mercados financieros y la banca, creando soluciones con foco en la banca y las finanzas. Allí trabajamos en la creación de medios de pago, billeteras electrónicas, aplicaciones para distintas empresas de las denominadas fintech, sistemas de trading, soluciones de middleware de custodia, mobile bankings, home bankings, APIs y todo tipo de integraciones que facilitaron el desarrollo de negocios en ese rubro.
Hoy notamos una necesidad de cambio de esa tendencia en la Argentina y el mundo, migrando hacia la necesidad de aumentar la producción. Por lo tanto entendemos que en los próximos 10 años el papel de la industria del software será el de asistir y mejorar los procesos productivos de alto impacto en el mundo real. El software estará abocado a mejorar el funcionamiento de las industrias que manejan hardware. Desde Pigmalion Software hace ya meses que estamos transitando estos caminos definiendo soluciones para abordar estos desafíos.
